domingo, 29 de noviembre de 2009

La isla del espejismo

En nuestro país estamos acostumbrados a escuchar de “política” todos los días del año, como si no existiese otro tema digno de tratar; desarrollo, investigación, ciencia, desarrollo cultural, son temas que ni cosquilla nos hacen. Estamos anestesiado con el circo de politiquería mediocre a la que nos sometemos nosotros mismos (pueblo), digo nosotros, porque nadie nos obliga, nadie pone un alto.

Lo curioso es que lo que oímos a diario no tiene nada que ver con propuestas serias que vengan a ayudar de algún modo, tampoco se trata de publicación de resultados obtenidos del derroche económico, sino, que se trata vulgarmente de la disputas de todos cuantos aspiran a desollar el país por pedazos; tú me dices y yo te respondo, fulano le serrucha el palo a mengano, claro, que sutanejo los tiene a los dos en la mira preparándose para la estocada final que nunca llega, ojalá llegara el final de tanta bajeza.


Toda clase de impurezas se ve entre los que nos dirigen, bien estamos nosotros; partiendo de que el hombre del barrio que tiene mujeres por pipá irrespetando a su familia, a la sociedad misma, no le lleva nada a cualquier diputado dominicano; el que se gasta todo lo que se gana (el dinero de su familia) en disparate sin pensar en guardar para los meses de vaca flaca, no se diferencia en nada al funcionario que se puede gastar todo (el dinero del pueblo) en vehículo de lujos, casas ostentosas…

Es decir que está clarísimo que en la clase gobernante se refleja toda la sociedad, lo negro, lo blanco y lo gris. Por desgracia la solución no está en las manos de uno solo, de diez ni de cien, la solución existe, sí, pero está en las manos de todos y ahí si es fuerte ¿Cómo lograr aunar esfuerzo, voluntades el gran deseo de cambiar?

ESTAMOS TAN ACOSTUMBRADOS, TAN CÓMODOS, DESEAMOS QUEJARNOS SIEMPRE, porque eso nos hace sentir protegidos, porque no conocemos otra cosa, porque nunca hemos visto otro estado, opciones. Algo distinto, cuando lo hemos experimentado por corto tiempo, lo desechamos porque parece turbar lo desconocido, eso hace más complejo el hecho de querer someterse a un proceso de cambio.


Pero ahora, estamos entre la espada y la pared, el descalabro social que estamos atravesando no nos da mucha oportunidad, más que elegir entre dos opciones: o seguimos como estamos y nos jodemos o ponemos un alto y salvamos lo poco que queda; Villa con voz sugiere la segunda opción, aunque sea la que más esfuerzo acarree es la única forma de poder sobrevivir y no desaparecer en la historia como la isla del espejismo.

Representa ya una vergüenza el hecho de que el país que inició la historia de América, la primera universidad, la primera catedral… se convierta en lo que amenaza, tierra podrida, infértil y por la que no se pueda hacer nada más.

¿CÓMO EMPEZAR A HACER?