viernes, 5 de junio de 2009

Paraíso Natural



Versión2: Crisleydi Durán


Al norte del granero del país, está el Pico Duarte, la elevación más alta de la Republica Dominicana y Las Antillas, en medio de una inmensa cordillera donde los ojos brillan como el sol y una sensación de libertar se siente, se vive y se disfruta, donde los párpados se humedecen hasta hacer brotar lágrimas y un sentimiento patriótico profundo se apodera del visitante.

Cuando damos una mirada a vuelo de pájaros y percibimos el canto sonoro de las aves, la vida nos sonríe y al penetrar en el bosque la temperatura baja. Se observa el afán para subsistir en estos bosques cubiertos de pinos centenarios, rodeados de agua que emergen de los manantiales como una bendición del creador.

Con una flora y fauna conservadora de ríos, arroyos y agua cristalina. El pico esta ahí. La elevación que sintetiza la cima del orgullo dominicano, donde la brisa sopla con libertad y sin contaminación, donde un hombre con machete al cinto y cigarro en boca eleva una plegaria al mundo para expresarle su agradecimiento al altísimo, por haberle proporcionado tantos privilegios en este valle de las amarguras y ansiedades.

Un lugar donde la naturaleza es amiga y protectora del caminante. Una boscosa zona, donde el poder supremo, derramó toda su bendición y grandeza. Aquí, lejos de la civilización, del vaivén de los vehículos y el bullicio de la ciudad, el viento ruge y astro rey comienza a ofrecernos los primeros momentos de un romántico atardecer. El turismo de montaña, el deleite que produce la naturaleza virgen, la vista a las escarpadas colinas que parece que vienen hacía ti, es un espectáculo admirable.

El verdor de la biosfera combinado con la languidez y la descomunal altura de los pinos, te llena de paz. Te acompaña el aire puro y la melodía que producen los pájaros, sonido que se convierte en una sinfonía eterna que se pierde en un sueño reparador. Una vez llegas al Pico Duarte sientes la dominicanidad.

Un valle cubierto de campiñas, de arroyos, ríos y manantiales. Aquí en la elevación más alta de las Antillas, también existen los picos La Pelona, y la Rusilla de nieves blancas que deleitan nuestros sentidos y alegran el espíritu.

Cuando te vas de ahí se devuelve el deseo de sentirte protegido por alguien inocente a los problemas sociales, la naturaleza !Visítalo!

A petición de nuestros seguidores....

Los Haitises, guerra entre los cementeros


Los propósitos de la instalación de una cementera en el corazón de los Hiatises, es una consecuencia, que corresponde a la guerra de intereses entre los grupos predominantes en el lucrativo negocio de la construcción.

Los anuncios presidenciales de las realizaciones de grandes obras suntuosas, basadas en la construcciones de nuevas líneas de metro, autopistas norte- sur y líneas de ferrocarriles, hasta el corazón del Cibao, dispara el dispositivo de una guerra anticipada entre los sectores, vinculados a la producción del acero y del cemento, productos pilares en las estructuras de la construcción.

No es posible tratar a fondo y con seriedad el tema de la cementera en los Haitises, sin tratar el tema de la presencia de Cemex en el país.

Cemex, es parte fundamental del entramado cementero en el país y desde hace tiempo mantiene la hegemonía del sector productor de cemento en el país.
Esta empresa de capital mexicano, ”rankeada” como la segunda a nivel mundial en la producción de cemento, ejerce una enorme ventaja sobre nuestros productores nacionales de cementos.

Cemex se vale de su pulida capacidad en el ejercicio del soborno, para instrumentar su maquinaria de presión sobre nuestras débiles instituciones, para obtener grandes privilegios.

Hasta ahora nadie conoce los marcos legales sobre los cuales opera esta multinacional del cemento, en el país, y seria bueno conocerlos.

Cemex es conocida mundialmente por usar su capacidad de hacer “lobby” internacional, para presionar y doblegar a las instituciones de los países donde opera, y de esa manera apoderarse de las mejores reservas y minas calizas, en los países donde realiza sus operaciones industriales.

El país no escapa a estas “bellaquerías de los charros”.

Lo que sucede en los Haitises es una extensión, de la “guerra” subterránea que se libra en el sector de la construcción, donde los enfrentamientos entre las diferentes islas de poder, genera una dispersa y confusa actitud desde el gobierno, sobre la legitimidad operativa de esta cementera.

Por ello, entender lo que sucede en los Haitises, es necesario saber quienes y que capitales están “pujando” para entrar en el lucrativo negocio del cemento, en el pais.
Amenazada esa fabulosa formación acuífera, la ira colectiva, con múltiples manifestaciones de protestas, no se hizo esperar, generando las mas variables iniciativas de luchas y de expresiones, de repudio a la odiosa pretensión en los Hiatises.

La magnitud y las consecuencias, de este brutal crimen ecológico, solo es posible realizarse bajo la tolerancia de un gobierno corrupto e indolente.

Lo cierto es que somos desde hace mucho tiempo un país conocido “paraíso” de la tolerancia en lo referente al tratamiento de nuestras reservas naturales en el caribe, mientras los paises del área, asumen medidas drásticas, sobre la preservación de sus recursos naturales, el país actúa como un alegre exportador, no solo de cemento, sino también de bloks y arena a los países vecinos.

Nadie debe extrañarse de la actitud de los chinos, mexicanos, españoles y de los criollos que se han vitos animados por los primeros a también a participar del “festival depredador” que se realiza ante los ojos cobarde y permisible de un gobierno corrupto.

Total millones de” tortuguitas” quedaron sepultadas bajo las moles de las grandes construcciones que dieron paso a la”modernidad” que representan los proyectos hoteleros de Bavaro y Punta Cana..