viernes, 5 de junio de 2009

Los Haitises, guerra entre los cementeros


Los propósitos de la instalación de una cementera en el corazón de los Hiatises, es una consecuencia, que corresponde a la guerra de intereses entre los grupos predominantes en el lucrativo negocio de la construcción.

Los anuncios presidenciales de las realizaciones de grandes obras suntuosas, basadas en la construcciones de nuevas líneas de metro, autopistas norte- sur y líneas de ferrocarriles, hasta el corazón del Cibao, dispara el dispositivo de una guerra anticipada entre los sectores, vinculados a la producción del acero y del cemento, productos pilares en las estructuras de la construcción.

No es posible tratar a fondo y con seriedad el tema de la cementera en los Haitises, sin tratar el tema de la presencia de Cemex en el país.

Cemex, es parte fundamental del entramado cementero en el país y desde hace tiempo mantiene la hegemonía del sector productor de cemento en el país.
Esta empresa de capital mexicano, ”rankeada” como la segunda a nivel mundial en la producción de cemento, ejerce una enorme ventaja sobre nuestros productores nacionales de cementos.

Cemex se vale de su pulida capacidad en el ejercicio del soborno, para instrumentar su maquinaria de presión sobre nuestras débiles instituciones, para obtener grandes privilegios.

Hasta ahora nadie conoce los marcos legales sobre los cuales opera esta multinacional del cemento, en el país, y seria bueno conocerlos.

Cemex es conocida mundialmente por usar su capacidad de hacer “lobby” internacional, para presionar y doblegar a las instituciones de los países donde opera, y de esa manera apoderarse de las mejores reservas y minas calizas, en los países donde realiza sus operaciones industriales.

El país no escapa a estas “bellaquerías de los charros”.

Lo que sucede en los Haitises es una extensión, de la “guerra” subterránea que se libra en el sector de la construcción, donde los enfrentamientos entre las diferentes islas de poder, genera una dispersa y confusa actitud desde el gobierno, sobre la legitimidad operativa de esta cementera.

Por ello, entender lo que sucede en los Haitises, es necesario saber quienes y que capitales están “pujando” para entrar en el lucrativo negocio del cemento, en el pais.
Amenazada esa fabulosa formación acuífera, la ira colectiva, con múltiples manifestaciones de protestas, no se hizo esperar, generando las mas variables iniciativas de luchas y de expresiones, de repudio a la odiosa pretensión en los Hiatises.

La magnitud y las consecuencias, de este brutal crimen ecológico, solo es posible realizarse bajo la tolerancia de un gobierno corrupto e indolente.

Lo cierto es que somos desde hace mucho tiempo un país conocido “paraíso” de la tolerancia en lo referente al tratamiento de nuestras reservas naturales en el caribe, mientras los paises del área, asumen medidas drásticas, sobre la preservación de sus recursos naturales, el país actúa como un alegre exportador, no solo de cemento, sino también de bloks y arena a los países vecinos.

Nadie debe extrañarse de la actitud de los chinos, mexicanos, españoles y de los criollos que se han vitos animados por los primeros a también a participar del “festival depredador” que se realiza ante los ojos cobarde y permisible de un gobierno corrupto.

Total millones de” tortuguitas” quedaron sepultadas bajo las moles de las grandes construcciones que dieron paso a la”modernidad” que representan los proyectos hoteleros de Bavaro y Punta Cana..

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