lunes, 27 de julio de 2009

Entre dudas y acertijos

República Dominicana pasa de un extremo a otro. Antes había un gobernante que reprimía la sociedad bajo un terror de dictadura, ahora hay uno que es disímil con el otro, pero ¿será peor, o simplemente es que se toman las mismas acciones con otro nombre? Libertad de prensa, ¿quién dijo eso? En este país hacen falta explicaciones que a los ciudadanos les urgen por tantos descontentos. Alguien tiene que pararse a decir el por qué los funcionarios son tan corruptos, la razón que llevó a vender este pedazo de isla a alguien que no sabría bien cuidarla, el por qué se le resta importancia a unos obreros de la tierra que dejan la vida en un campo para producir un simple alimento, cuyo resultados son despreciados en las esquinas porque nadie les hace caso.

En razón de otras interrogantes, surge una inverosímil inquietud, ¿cuáles fueron los motivos que empujaron a las autoridades permitir que también se destruya la segunda parte de la palabra medioambiente?

Una cara tiene que revelar por qué el sistema político dominicano es circular, a qué se debe que el plan educativo limita a la enseñanza y qué tiene que ver una clase obrera con el desarrollo decreciente de una sociedad.

Qué se hizo con la repetida consigna de ¡E’ pa lante que vamos! Qué camino tomó el dichoso perfeccionamiento empresarial. La misma voz que un día pasado aseguró alimento barato, que ese mismo diga por qué es tan difícil que los más pobres no puedan alimentar bien a sus hijos. Ese hombre que removió las ilusiones de todos los dominicanos debe expresar ahora el por qué de tantos fracasos, o al menos, sus restricciones.

La lista de las preguntas sin respuestas son muchas y omitir tantas interrogantes no va a solucionar los problemas. Por favor, que alguien, con respuestas convincentes, dé pronto la cara a nuestras inquietudes.
Stalin Montero

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